14/1/11

Tres Grandes Causas Motivacionales


Desde el comienzo hay tres grandes causas que motivan este proyecto.
En primer lugar la importancia, histórica, social y política de trabajar con la memoria a partir no solo desde de la palabra sino también a través del movimiento, a través de los cuerpos. No solamente a través de lo que fue el exilio y el retorno sino como hoy y aquí lo viven en esta instancia espacio temporal los hijos del exilio. 
Nos planteamos introducirnos en aquel tiempo-espacio de la infancia, de la adolescencia que constituyen momentos fundamentales en la construcción de la identidad. La herida simbólica de no conocer la tierra de sus padres es vivida al mismo tiempo a través de la reparación de un posible retorno. Los hijos de exilados no son exilados. Heredan el exilio, con todo la carga ambivalente que ello implica.
La esperanza de reencontrar un día su tierra primera pautó no solamente proyectos políticos e intelectuales sino la vida cotidiana y sus cuerpos. Vivieron con la inocencia de creer en el retorno, sin embargo el tiempo pasa para aquel que parte y para aquellos que se quedaron. Porque “nadie nunca se baña dos veces en el mismo río”, nos dice Heráclito. Todo cambia, no hay ya más certidumbres posibles.
Es aquí donde radica la esencia de la obra: el retorno no solo se vuelve complejo, inaccesible, casi fantasmático para el propio exilado sino aún más para los hijos de este exilio.
En segundo lugar al reconocer mi propia implicancia en este proyecto, afirmo así la importancia de la subjetividad del creador en la construcción de la obra.
Por último, involucrar a los actores sociales (hijos de exilados), en la co-construcción de la obra es abrir el proceso de investigación artística a los sujetos que vivieron  directamente esta historia.

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