14/1/11

Proceso de creación



Es en este sentido que se consideran tres momentos del proyecto:
  • En un comienzo se propone una aproximación general a la temática:
Estudiar la producción teórica sobre el exilio; recopilar material bibliográfico y audiovisual; asesorarse con especialistas en la temática (Facultad de Humanidades, de Psicología, de la UdelaR);
  • En una segunda etapa se realizarán encuentros-talleres (con un máximo 20 personas participantes) de introducción a la danza contemporánea con las “historias de vidas” de los actores involucrados a partir de soportes metodológicos específicos dirigidos por una especialista que evoquen al mismo tiempo la macro Historia (exilio) con la vivencia subjetiva de esa Historia (es decir micro historia: historicidad) .Trabajaremos árbol genealógico, proyecto parental y el hoy y aquí de los entrevistados. En los talleres junto a los hijos de exilados se buscará compartir y reflexionar sobre las vivencias de cada uno dentro de un contexto social, apostando a trabajar la temática en grupo.
Como producto de los encuentros se propondrán ejercicios de improvisación y de composición que servirán como insumo a la construcción coreográfica final.
  •  Última etapa: la creación de la obra de danza.


Se trabajará en torno a cuatro ejes:
  • En primer lugar se plantea el nacimiento en el exilio y sus repercusiones: más allá de la nostalgia, de la pérdida y del desarraigo que implica el ser exilado cohabita al mismo tiempo para estos padres el sentimiento profundo de dar vida.
  • En segundo lugar trabajaremos con la memoria, con el recuerdo, con imágenes, sensaciones, vivencias que los hijos de exilados guardan en si mismo, no solamente desde el lugar de lo conciente y de lo inconciente sino desde la impronta que el exilio ha dejado en sus propios cuerpos.
  • En tercer lugar se trabajará el retorno. El exilado político vivió en la espera, tenso, muchas veces suspendido en el tiempo y en el espacio. El retorno se vuelve conflictivo, ambivalente haciendo coincidir la nostalgia y la esperanza.
Por último se propone abordar el presente. El retorno marca inexorablemente la confrontación con utopías y sueños. Esa tierra, para muchos hijos de exilados hasta ayer desconocida se torna realidad. Incomprensible por momentos, a veces rechazada, otras,  aceptada 

  • con la alegría del reencuentro con la familia que nunca se tuvo. Junto al sentimiento de “otredad”, de ser distinto emerge el desafío de poder construir un proyecto de vida aquí y ahora que guarda al mismo tiempo en la memoria el allá y el ayer.

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